ContenidoUna de las quejas más frecuentes de los usuarios del sistema de salud es precisamente la pérdida de un trato humano, la falta de atención personalizada, la mecanización de los procesos, procedimientos y relaciones profesionales entre el usuario y los prestadores de los servicios. Y es que el prestador, en su afán de conseguir el éxito terapéutico basado en los parámetros clínicos, desconoce a veces qué es más importante para los pacientes y sus familias y desarrolla, desde su buena intención, verdaderos puntos ciegos. La humanización no es solo un imperativo para la acreditación, es la gran oportunidad para reorientar la intención positiva, el sueño original enfocado en el servicio que alienta a los cuidadores y de servicios de salud en sus primeros años.